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sábado, 23 de abril de 2011
Felices Pascuas: ¡Cristo vive!
Vivimos en un mundo en el que quiere reinar la cultura de la muerte. En el que las soluciones pasan simplemente por matar. Se mata al niño no deseado, se mata al anciano o al enfermo terminal; uno mismo piensa en matarse cuando hay una situación que considera insuperable o desesperante. Se anula al que piensa distinto, se lo persigue, se lo difama; es una forma de matar. La educación sexual que pretende solamente enseñar cómo funciona el cuerpo, reduciendo todo a métodos de placer, mata la inocencia: Todo es una cosa de la que hay que aprovecharse, sin compromiso, sin unión, sin amistad: carne para gozar. Eso es cultura de la muerte. También lo es el ataque a la familia, mediante la imposición de modelos que la contradicen. El maltrato a los pobres, la indiferencia ante las situaciones injustas, el menosprecio a los discapacitados, son todas formas de matar. La cultura de la muerte se especializa en hacer desaparecer todo aquello que le molesta o no entiende, aquello con lo que no quiere dialogar. Se presenta como triunfadora, por eso nos atrae y nos tienta. Porque para deshacerse de una complicación basta con matar a quien la causa: “muerto el perro, muerta la rabia”.
En esta Pascua se nos presenta Jesús, al que la cultura de la muerte creyó haber vencido en una cruz, absolutamente vivo y victorioso con un mensaje simple: “alégrense”
La resurrección de Jesús muestra que la cultura de la muerte no es la triunfadora. Que la solución frente a lo que nos resulta difícil comprender o admitir pasa por la vida. Vida es dialogar, vida es perdonar, es reconciliarse; vida es aceptar situaciones y personas, es abrir el corazón en el servicio; es el reconocimiento de la dignidad del otro, es darnos una mano y ayudarnos todos para vencer nuestras pobrezas; no sólo las económicas, sino también muchas otras. Vida es tener esperanza en nuestra gente, en nosotros mismos y en Dios que nos ama y jamás nos abandona. Vida es vivir encauzándonos poco a poco según los mandamientos del Señor, es acercarnos a Él, es aprender a amarlo y a conocerlo ¡Eso es vida! Por eso Cristo les dice a las mujeres que fueron al sepulcro “alégrense” Eso mismo nos dice a nosotros. A eso estamos invitados los que creemos en Cristo Resucitado
Animémonos a ser portadores de esta cultura, la cultura de la vida, la cultura de Jesús que está vivo.Roguémosle a María que nos dejemos transformar por la Vida que nos trajo Jesús.
¡Felices Pascuas para todos!