miércoles, 4 de agosto de 2010

San Juan María Vianney y el desafío de una Santidad Pastoral


El Santo Padre declaró como patrono de todos los sacerdotes a San Juan María Vianney,el Santo Cura de Ars, con motivo del pasado Año Sacerdotal
La Santidad Pastoral de este humilde párroco francés es presentada como modelo a todos los que hemos recibido la Ordenación Sacerdotal. En efecto, lo propio del Ministerio Sacerdotal es participar de la Misión de Jesucristo, Buen Pastor, Cabeza de su Iglesia. Evidentemente existen tantas formas de ejercer ese pastoreo, cuantas inspire el Espíritu Santo. Es pastor en el monasterio de clausura el Sacerdote monje, como el Sacerdote profesor de una Universidad. No podemos, por lo tanto, reservar esta cualidad sola y exclusivamente a la actividad propia de una parroquia.
El ejemplo de vida sacerdotal de Juan María Vianney, no reside en el tipo de tarea pastoral que llevó a cabo, sino en la santidad con que lo hizo. Ese es el desafío al que todo sacerdote está llamado: hacer lo que Dios, a través de la Iglesia le ha encomendado, y hacerlo con santidad.
Mirar el Corazón Sacerdotal de Jesús que reluce en el Evangelio de hoy (Mt 15, 21-28)internándose en tierra pagana, los distritos de Tiro y Sidón, nos dan una clara imagen de la santidad pastoral a la que los ordenados estamos llamados. En esa región costera Cristo recibe el pedido de una canaea. La mujer, que no pertenecía al pueblo de Israel, inicia en ese contacto con el Señor un camino de purificación o profundización de su fe y esa fe acaba por alcanzar un grado de maduración tan grande que llega a asombrar a Jesús: "Mujer ¡qué grande es tu fe!"
Juan María Vianney, a pedido de su Obispo, también se introdujo en una tierra cuasipagana, Ars. Inició allí un camino de crecimiento en la fe de sus habitantes, y en la de sí mismo, al punto que la pequeña aldea de entonces (mediados del Siglo XIX) llegó a ser, una comunidad de vida cristiana muy grande, hasta el día de hoy. El cambio profundo de aquel caserío, que acabó siendo un centro de peregrinaciones admirables, fue obra de la Gracia de Dios a la cual su cura fue el primero en corresponder. En eso consistió su Santidad Pastoral. A eso estamos llamdos los sacerdotes, sea cual fuere nuestra actividad.
Quiera Dios que, con la intercesión de la Virgen María, Madre de Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote; y con la de este Santo tan grande y tan simpático (tiene una cantidad enorme de anécdotas divertidas y sobrecogedoras), podamos brindarle al Pueblo de Dios la Santidad Pastoral que, más que merecer, necesita.
Para ello, también nos es necesaria la oración de nuestros hermanos en el Bautismo¡Siempre la necesitamos!
Un último detalle de la historia: los Hermanos de la Sagrada Familia, ayudaron al Santo Cura en su tarea de pastoral rural en Ars. Son los mismos que se encuentran en nuestra Prelatura de Cafayate, por eso, en este día, queremos agradecerles y saludarlos muy especialmente por su obra en esta porción de la Iglesia