jueves, 5 de agosto de 2010

CARTA A LOS CRISTIANOS - AGOSTO 2010

CARTA A LOS CRISTIANOS

Hoja interparroquial de la Prelatura de Cafayate
Nº 268 - Agosto de 2010

Querida Familia:
En este mes invernal de agosto, donde el frío parece congelar la vida en todos sus aspectos, es un mes que nos ofrece la vida de Jesús transfigurado y de la Virgen María asunta en cuerpo y alma a los cielos. Y una gran variedad de santos que brillan y nos animan a vivir pase lo que pase, antes que dejarse congelar, enquistar o fosilizar.
Quiero fijarme en el día 6, la Transfiguración de Jesús en la montaña del Tabor, ante Pedro, Santiago y Juan; y con Moisés y Elías modelos del Antiguo Testamento. Jesús, antes de ir a Jerusalén para padecer y morir, les manifiesta su rostro luminoso. Es una parada antes de llegar a la montaña del Calvario. En ella ora y es en la oración donde manifiesta su rostro, su identidad, quien es. Una voz del cielo invita a escuchar a Cristo: “Este es mi Hijo muy querido, escúchenlo”.
Hoy la voz del Padre nos sigue hablando invitándonos a trasfigurarnos, a transformarnos para nuestro bien. Es la ley de la vida nueva que por la cruz a la luz y desde la montaña del Olivete ascender con Cristo al cielo.
Pero mientras llega esto, hemos de ser testigos y misioneros para que todos tengan vida y la tengan en abundancia. Mirando a esto, en este mes, tenemos un encuentro de la Prelatura muy importante: El encuentro XXVI de catequistas, que tendrá lugar en Santa María el día 21.
El Señor no es un fantasma o una ilusión infantil. Él es nuestra cabeza. Con él está nuestra Madre la Virgen María en cuerpo y alma coronada en el cielo (día 15). María, haciendo como de cuello del Cuerpo Místico de Cristo y unidos con ella están: S. Juan María Vianney, el santo cura de Ars (día 4); San Cayetano (día 7); San Maximiliano Colbe (día 14); San Roque (día 16); San Bernardo (día 20); San Pío X (día 21); San Bartolo (día 24); San José de Calasanz (día 25); Santa Mónica (día 27); San Agustín (día 28); Santa Rosa (día 30); y San Ramón Nonato (día 31). Ellos nos animan y esperan. No los defraudemos fosilizándonos como piedras, al contrario, seamos piedras vivas cada vez más unidas e incrustadas en la Iglesia, el cuerpo de Cristo en la tierra.
Un saludo y mi oración.



P. Alfredo Martín Bravo
Molinos

Haz Click Aquí para visualizar o imprimir completa la Carta a los Cristianos