Podríamos decir que Marta y María representan dos aspectos
del vivir cristiano: de abrirnos de par en par al Señor para que nos llene de
su Espíritu y su sabiduría (María) para luego volcar tanta riqueza en obras de
verdad y caridad (Marta) las dos actitudes se complementan: llenarnos de Dios y
volcarlo a los demás.”Busquen el reino de Dios y lo demás se les dará por añadidura”. Ahí está la clave. No irse a los extremos. Ni ser espiritualistas ni caer en
materialismos.
En nuestra relación
con Dios lo más importante es que le prestemos atención a Él y no a las cosas
que hacemos por Él.
En nuestra relación con los hermanos lo más importante es
estar atentos a las personas mismas y no hacer cosas en torno a ellas.
Pidamos al Señor no
dejarnos llevar por una actividad desbordada que me distraiga de lo más
importante: Dios y mis hermanos.
Pbro Roberto Aguirrez