Querida Familia:
Un cariñoso saludo para todos y todas en este mes de julio, en el que llegan las vacaciones de invierno. Un alto en las tareas diarias y escolares que es siempre una hermosa invitación a nuevos descubrimientos, un tiempo de recuperar fuerzas y ensanchar horizontes.
Llega el descanso procurando encontrar ese lugar tranquilo adonde Jesús llevaba a sus discípulos en el Evangelio.
Tiempo para la oración más prolongada; para no olvidarnos lo que es esencial, para seguir avanzando con vida cada jornada.
También en este mes festejamos el Día de la Independencia.
En aquella gesta, un grupo de hombres con un puñado de profundos valores arraigados en el cristianismo, fueron abriendo el camino para construir una Nación soberana e Independiente.
En este contexto del Bicentenario debemos discernir los signos de los tiempos, reflexionando profundamente lo que ellos nos quieren decir y trabajar para que los valores cristianos de la Argentina de 1816 vuelvan a ser vividos y encarnados por los habitantes de nuestro hermoso país. La entrega, el servicio, la fraternidad, la unidad son valores que se viven en la familia, que se vivieron en los inicios de nuestra Patria y que son necesarios para fomentar el desarrollo de la sociedad actual.
Que la Virgen María, en su advocación del Carmen, que celebramos en estos días, nos lleve de la mano por este camino.
Pbro. Claudio Ronai
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Vocaciones
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jueves, 30 de junio de 2011
martes, 28 de junio de 2011
29 de Junio: Santos Pedro y Pablo, Apóstoles
La Solemnidad de los Apóstoles San Pedro y San Pablo, no sólo hace referencia a estos dos grandes evangelizadores, sino también a la Comunión de la Iglesia.
Simón Pedro, aquel a quien Jesús, durante su vida terrena estableció como Roca (Mt 16, 17-18), se dedicó a predicar principalmente al pueblo de Israel, mientras que Pablo, también llamdo por el Señor, lo hizo a los paganos (Hech 9, 1-9; 13, 46). En esta actividad apostólica, realizada por el mandato de Cristo, Hijo de Dios _no de un hombre cualquiera_ ambos hicieron confluir en la Unidad de la Iglesia, a todas las naciones de la tierra. Esta es la Comunión de los creyentes invitados a la salvación eterna.
Las personalidades de estos dos grandes Apóstoles, celebrados en un mismo día, nos da también clara imagen que, en la Comunión de los Creyentes, no existe ninguna uniformidad. Al decir de San Agustín, la Unidad eclesial se da en la diversidad. La luz de la fe que ilumina la manera de vivir, esforzándonos por seguir a Cristo, es el único parámetro de comportamiento a seguir. Formar parte de la Comunidad Cristiana, no implica renunciar a la identidad individual, ni a la de la propia cultura. Al contrario, purificando en la Misericordia Divina aquello que desdice del Plan de Salvación, consiste en potenciar los valores que el Espíritu Santo inculca en ambas realidades.
Simón Pedro, aquel a quien Jesús, durante su vida terrena estableció como Roca (Mt 16, 17-18), se dedicó a predicar principalmente al pueblo de Israel, mientras que Pablo, también llamdo por el Señor, lo hizo a los paganos (Hech 9, 1-9; 13, 46). En esta actividad apostólica, realizada por el mandato de Cristo, Hijo de Dios _no de un hombre cualquiera_ ambos hicieron confluir en la Unidad de la Iglesia, a todas las naciones de la tierra. Esta es la Comunión de los creyentes invitados a la salvación eterna.
Las personalidades de estos dos grandes Apóstoles, celebrados en un mismo día, nos da también clara imagen que, en la Comunión de los Creyentes, no existe ninguna uniformidad. Al decir de San Agustín, la Unidad eclesial se da en la diversidad. La luz de la fe que ilumina la manera de vivir, esforzándonos por seguir a Cristo, es el único parámetro de comportamiento a seguir. Formar parte de la Comunidad Cristiana, no implica renunciar a la identidad individual, ni a la de la propia cultura. Al contrario, purificando en la Misericordia Divina aquello que desdice del Plan de Salvación, consiste en potenciar los valores que el Espíritu Santo inculca en ambas realidades.
Estos Santos Apóstoles, fueron tales tras lavar sus vestiduras en la Sangre del Cordero (Ap 7, 14). Pedro negó concer a Cristo la noche del Jueves Santo; Pablo fue perseguidor encarnizado de la Iglesia. El testimonio de su vida es un canto a la Misericordia que nos anima a ser seguidores de Jesús. Sigámoslo
sábado, 4 de junio de 2011
ORACION AL ESPIRITU SANTO
ORACION DE SAN AGUSTIN AL ESPIRITU SANTO
Preparándonos para la fiesta de Pentecostés,
les invito a rezar pidiendo el Espíritu Santo
con esta oración que compuso san Agustín.
viernes, 3 de junio de 2011
CARTA A LOS CRISTIANOS MES DE JUNIO 2011
La imagen del Sagrado Corazón de Jesús nos recuerda el núcleo central de nuestra fe: todo lo que Dios nos ama con su Corazón y todo lo que nosotros, por tanto, le debemos amar. Jesús tiene un Corazón que ama sin medida. La Iglesia dedica todo el mes de junio al Sagrado Corazón de Jesús, con la finalidad de que los católicos lo veneremos, lo honremos y lo imitemos especialmente en estos 30 días. Esto significa que debemos vivir este mes demostrándole a Jesús con nuestras obras que lo amamos, que correspondemos al gran amor que Él nos tiene y que nos ha demostrado entregándose a la muerte por nosotros, quedándose en la Eucaristía y enseñándonos el camino de la vida eterna. Todos los días podemos acercarnos a Jesús o alejarnos de Él. De nosotros depende, ya que Él siempre nos está esperando y amando. Debemos vivir recordándolo y pensar cada vez que actuamos: ¿Qué haría Jesús en esta situación, qué le dictaría su Corazón? Y eso es lo que debemos hacer (ante un problema en la familia, en el trabajo, con nuestros hijos, en nuestra comunidad, con nuestras amistades, etc.)
Debemos, por tanto, pensar si las obras o acciones que vamos a hacer nos alejan o acercan a Dios, Fuente de vida y santidad. Queridos hermanos y hermanas, contemplemos al Sagrado Corazón de Jesús que es fuente de vida, pues por medio de él se ha logrado la victoria sobre la muerte. También es fuente de santidad, pues en él ha quedado derrotado el pecado, que es el enemigo del progreso espiritual del hombre. Del Corazón del Señor Jesús deriva la santidad de cada uno de nosotros. Aprendamos de ese Corazón el amor a Dios y la comprensión del misterio del pecado.
Hagamos actos de reparación al Corazón divino por los pecados cometidos por nosotros y por nuestro prójimo. Reparemos por el rechazo de la bondad y del amor de Dios.
Acerquémonos diariamente a esta fuente, de la que brotan manantiales de agua viva. Pidamos, como la samaritana: “Dame de esa agua”, pues da la vida eterna. Corazón de Jesús, hoguera ardiente de caridad. Corazón de Jesús, fuente de vida y santidad. Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados, ten piedad de nosotros (S.S. Juan Pablo II)
Rvdo. P. Juan Antonio Gil Solórzano
Debemos, por tanto, pensar si las obras o acciones que vamos a hacer nos alejan o acercan a Dios, Fuente de vida y santidad. Queridos hermanos y hermanas, contemplemos al Sagrado Corazón de Jesús que es fuente de vida, pues por medio de él se ha logrado la victoria sobre la muerte. También es fuente de santidad, pues en él ha quedado derrotado el pecado, que es el enemigo del progreso espiritual del hombre. Del Corazón del Señor Jesús deriva la santidad de cada uno de nosotros. Aprendamos de ese Corazón el amor a Dios y la comprensión del misterio del pecado.
Hagamos actos de reparación al Corazón divino por los pecados cometidos por nosotros y por nuestro prójimo. Reparemos por el rechazo de la bondad y del amor de Dios.
Acerquémonos diariamente a esta fuente, de la que brotan manantiales de agua viva. Pidamos, como la samaritana: “Dame de esa agua”, pues da la vida eterna. Corazón de Jesús, hoguera ardiente de caridad. Corazón de Jesús, fuente de vida y santidad. Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados, ten piedad de nosotros (S.S. Juan Pablo II)
Rvdo. P. Juan Antonio Gil Solórzano
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