Es verdad que la fe que se encarnó en la cultura puede ser profundizada y penetrar cada vez mejor la forma de vivir de nuestros pueblos. Pero eso sólo puede suceder si valoramos positivamente lo que el Espíritu santo ya ha sembrado. La piedad popular es un "imprescindible punto de partida para conseguir que la fe del pueblo madure y se haga más fecunda... (Aparecida 262)