Reflexión del evangelio de Lucas (14,1.7-14)
Bien una de las enseñanzas que nos deja el evangelio y que también nos habla la primera lectura, es el tema de la humildad.
Bien, entonces podemos decir que la humildad... el humilde es el que se conoce, y sabe lo que vale... no se agranda mas de la cuenta, ni tampoco se hace menos. Entonces es el que se conoce y el que se valora.
Dios nos ama como somos, siempre. Él quiere, que vallamos mejorando cada vez mas. Él habla como quien nos ama como somos; y para ir siendo mejores necesitamos ésto. Necesitamos conocer lo que somos, ir preparando nuestro propio valor , para de ahí entonces ir preparándonos para la vida.
Entonces el humilde, es el que sabe lo bueno que hace o mas bien aquel que prefiere la GRACIA DE DIOS, por eso trata de crecer. Pero también sabe lo malo que hace y trata de cambiar realmente para mejor.
También está representado en ésta parábola; dónde vemos esto de los primeros lugares y los últimos. Y nos hace referencia a esto de no valorarnos más de la cuenta; por ello los importantes son los últimos, por eso esa enseñanza de Jesús de la humildad, enseñanza que es llevada durante todo el evangelio.
Y no nos olvidemos de lo otro que nos trae Jesús es la enseñanza, de que tenemos que amar abiertamente, sin esperar nada a cambio; lo importante, dice el evangelio, es tener la recompensa de la resurrección. La recompensa, nos viene de Dios, entonces, es un amor gratuito, nos enseña Jesús, UN AMOR SIN ESPERAR NADA A CAMBIO, por eso nos habla de ese clásico, de invitar a un banquete a vecinos, amigos y a aquellos que no nos recompensarán a su vez. Porque la recompensa no la tenemos que buscar en los demás sino que tenemos que buscarla de Dios. Por eso la enseñanza, de Jesús, a amar a los demás, pero de esta manera gratuita sin interés alguno.
Que a través de ésto que nos enseña el Señor, podamos vivir en humildad, y amar desinteresadamente a nuestros hermanos. que así sea.
Pbro. Claudio Ronai
Parroquia de San José
Santuario de San Roque