La constitución Lumen gentium del Concilio Vaticano II, en su número 33 dice: "Los laicos reunidos en pueblo de Dios y formando el único Cuerpo de Cristo bajo la única cabeza, están llamados todos, como miembros vivos, a contribuir al crecimiento y santificación incesante de la Iglesia con todas sus fuerzas, recibidas por favor del creador y la gracia del Redentor" (Lumen gentium 33).
Las necesidades pastorales de la Iglesia han movido al Papa y a los Obispos a contar más y más con los laicos y personas de vida consagrada para ser auxiliares extraordinarios en su función de enseñar y de santificar. Pero he aquí que en tan interesante momento y sin quitarle el gran mérito a estos ministros laicales, el Concilio Vaticano II restaura el diaconado como ministerio ejercido en forma permanente en la Iglesia.
El Orden Sagrado consagra al diácono al ministerio del encuentro con Cristo Siervo dentro de ciertos marcos. "El diácono recibe el sacramento del orden para servir en calidad de ministro a la santificación de la comunidad cristiana en comunión jerárquica con el obispo y con los presbíteros. Al ministerio del Obispo y subordinadamente al de los presbíteros, el diácono presta una ayuda sacramental, por lo tanto intrínseca, orgánica e inconfundible. Resulta claro que su diaconía ante el altar, por tener su origen en el sacramento del orden, se diferencia esencialmente de cualquier ministerio litúrgico que los pastores puedan encargar a los fieles no ordenados. El ministerio litúrgico del diácono, también se diferencia del mismo ministerio ordenado sacerdotal" (Directorium, N.28; Lumen Gentium, 29). El diácono no es sacerdote, su oficio es el de
El ministerio diaconal es triple. El diácono se ordena al ministerio de la palabra, la liturgia y la caridad. Ministerio triple porque en el hacer del diácono, como persona que es, esos tres oficios son concéntricos. Están en torno a Cristo Siervo como a su centro en la persona del diácono
Fuente: http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cclergy/documents/rc_con_cclergy_doc_19022000_dia_sp.html
El diácono Casado
El Concilio Vaticano II determinó que «se podrá restablecer el diaconado en adelante como grado propio y permanente de la Jerarquía... (y) podrá ser conferido a los varones de edad madura, aunque estén casados, y también a jóvenes idóneos, para quienes debe mantenerse firme la ley del celibato», según la constante tradición.( LG 29)
Las razones que han determinado esta elección fueron sustancialmente tres: a) el deseo de enriquecer a la Iglesia con las funciones del ministerio diaconal que de otro modo, en muchas regiones, difícilmente hubieran podido ser llevadas a cabo; b) la intención de reforzar con la gracia de la ordenación diaconal a aquellos que ya ejercían de hecho funciones diaconales; c) la preocupación de aportar ministros sagrados a aquellas regiones que sufrían la escasez de clero. Estas razones ponen de manifiesto que la restauración del diaconado permanente no pretendía de ningún modo comprometer el significado, la función y el florecimiento del sacerdocio ministerial que siempre debe ser generosamente promovido por ser insustituible
Pablo VI, para actuar las indicaciones conciliares, estableció, con la carta apostólica «Sacrum diaconatus ordinem» (18 de junio de 1967),(AAS 59 (1967), 697-704) las reglas generales para la restauración del diaconado permanente en la Iglesia latina. El año sucesivo, con la constitución apostólica «Pontificalis romani recognitio» (18 de junio de 1968),(AAS 60 (1968), 369-373) aprobó el nuevo rito para conferir las sagradas órdenes del episcopado, del presbiterado y del diaconado, definiendo del mismo modo la materia y la forma de las mismas ordenaciones, y, finalmente, con la carta apostólica «Ad pascendum» (15 de agosto de 1972),(AAS 64 (1972), 534-540) precisó las condiciones para la admisión y la ordenación de los candidatos al diaconado. Los elementos esenciales de esta normativa fueron recogidos entre las normas del Código de derecho canónico, promulgado por el papa Juan Pablo II el 25 de enero de 1983.(Los cánones que hablan explícitamente de los diáconos son una decena: 236, 276, § 2, 3o; 281, § 3; 288; 1031, §§ 2-3; 1032, § 3; 1035, § 1; 1037; 1042, 1o; 1050, 3o.)
Fuente:
http://es.catholic.net/op/articulos/21692/cat/506/puede-un-hombre-casado-ser-diacono-permanente.html
Un hombre de Familia
Pedro A. Rueda es miembro de la Parroquia de Cafayate. Desde hace bastante tiempo se dedica como responsable;en Cáritas allí. María su esposa es su incondicional apoyo y ayuda. Por todos conocidos como Don Pedro y Doña María trabajan incansablemente por la iglesia y los más;necesitados. Ambos son padres de dos hijos y aman a sus nietos de manera incondicional.
Don Pedro es oriundo de la Ciudad de Cafayate, por muchos años debió emigrar a Buenos Aires, ya jubilado decidió retornar a su pago. Durante su estancia en Buenos Aires Don Pedro trabajó en Cáritas, tres años tomó su formación para el Diaconado en el Seminario Catequístico María Magdalena. "Sentía que Dios seguía
regalándome cosas. Comencé a
doblegar mis bravuras, a
cambiar... fueron cambios fuertes." nos contaba en una entrevista hace poco más de un año. Fue culminando sus estudios y dedicándose a la catequesis.
Fiel a las enseñanzas de su madre fue fortaleciendo su vínculo con Dios y disponiendo su corazón al servicio que le tocaría más tarde brindar en su pueblo natal.
Desde entonces para el, " servir ... es estar atento a las
necesidades del prójimo, del que
sufre, de poner el oído y guardarla
en el corazón."
Nuevamente la familia de nuestros valles muestra su capacidad de donación y de entrega al servicio de la voluntad del Padre. Pedro es un hombre casado ofrecido por su familia (esposa e hijos) a la iglesia para la ayuda que ésta precisa en este territorio. Con ella, todas festejamos el don de la vocación al servicio en la iglesia.
Mañana sábado 28 de abril a hs. 19:30hs. se llevará a cabo la ordenación en la Catedral de Cafayate, presidida por nuestro Obipo José Demetrio Jiménez quien concelebrará con los Presbíteros y Diáconos que sirven en nuestra Prelatura, todos sus amigos y conocidos. Acompáñanos en la catedral, en las redes sociales o con tu oración, vale la pena festejar este acontecimiento.
Para saber mas sobre el diaconado te invitamos a escuchar el audio: El diaconado permanente
CCSYP
Prelatura de Cafayate