La vocación al amor asume para cada uno una forma concreta en al vida cotidiana a través de una serie de opciones que articulan estado de vida (matrimonio, ministerio ordenado, vida consagrada, etc.) profesión, modalidad de compromiso social y político, estilo de vida, gestión del tiempo y del dinero, etc. Asumidas o parecidas, conscientes o inconscientes, se trata de elecciones de las que nadie puede eximirse. El propósito del discernimiento vocacional es el descubrir cómo transformarlas, a la luz de la fe, en pasos hacia la plenitud de la alegría a la que todos estamos llamados
(Doc. preparatorio de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, introducción.)
Este año, en nuestra prelatura nos centramos en la vocación del cristiano.
Te invitamos a participar activamente en el. Todos somos llamados a servir.