El mes de Octubre reviste para nosotros una importancia entrañable, porque en él celebramos a la Patrona de nuestra Iglesia Particular, la Prelatura de Cafayate.
La imagen de la Virgen del Rosario fue traída para proteger la naciente Misión de Cafayate.
Cuando en 1969 se creó nuestra jurisdicción eclesiástica, su patronato se extendió a toda la región.
Nuestra Señora del Rosario tiene el dulce apelativo de "La Sentadita" por su postura. La razón de ser de esta posiciòn es que ella era trasladada a los pueblitos de la comarca en burro. Así llegaba a capillas y casas con su presencia maternal. Fue, desde siempre, una imagen misionera.
Por este motivo nosotros nos consideramos una Iglesia en estado de misión, porque nuestra Madre fue misionera. Con ello pretendemos también responder a la exhortación de la Asamblea de Aparecida que llama a la conversión pastoral. Conversión que no es otra cosa que un esfuerzo constante por no perder el frescor y el ardor de misionar el mundo de hoy.
En este esfuerzo constante tenemos la gracia de contar con el ejemplo y sobre todo con la compañía de La Sentadita como Madre. De allí que en este mes la celebración del Día de la Madre tiene el agregado particular de agazajar a nuestra Mamá misionera. Ella, en la pobre cabalgadura de nuestra persona, debe llegar a los ranchos y casas de nuestra Prelatura, para seguir ofreciéndoles el Fruto Bendito de su Vientre.