martes, 21 de febrero de 2012

Carta a los Cristianos Marzo 2012



Querida familia…
Un saludo cordial. De nuevo les llega esta “Carta a los Cristianos”, como un vínculo que nos une a todos los que pertenecemos a la Iglesia de la Prelatura de Cafayate, para animarnos en este año 2012 a vivir nuestra fe con más fuerza, alegría y compromiso.
Supongo que conocen que el papa Benedicto XVI ha convocado a todos los cristianos para vivir un “Año de la fe”. Este comenzará el 11 de octubre de 2012 y concluirá el 24 de noviembre de 2013. Un año de la fe es un tiempo para tomar conciencia de lo que creemos y reafirmar la fe que recibimos en el Bautismo. Sólo después podremos evangelizar con nuestra palabra y sobre todo con nuestra vida cotidiana.
La fe es un gran don de Dios, del que a veces no somos del todo conscientes. Una rueda para que gire bien, no basta con que sea perfectamente circular. Se necesita además que esté bien centrada. El cristiano, la familia, la parroquia, la Iglesia no pueden girar bien, ni caminar hacia delante, sino están bien centrados en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que es el eje de nuestra fe. La caridad, los sacramentos, la oración, incluso la misma evangelización, vividas sin una referencia clara y directa hacia el núcleo de la fe, originan cristianos descentrados.
Como los radios de una rueda, en este año, centrémonos bien en torno a nuestra fe: conozcámosla un poco más, profundicemos en ella y vivámosla con más autenticidad.
En este mes de marzo tenemos dos ejemplos a considerar, como personas de fe: San José (día 19) y la Virgen María en el misterio de la Anunciación (día 26). ¡Cuanta fe necesitaron los dos para creer el anuncio del Ángel y la Encarnación del Hijo de Dios!
No se olviden que el día 25 se celebra en nuestra Patria, desde hace varios años, el “Día del niño por nacer”. Nunca como ahora ha estado tan amenazada la vida de los “no nacidos”. Como personas de bien y como cristianos no podemos consentir en el nuevo genocidio que muchos quieren imponer legalmente.
Me despido de ustedes recordándoles que estamos en plena Cuaresma, un tiempo para prepararnos espiritualmente a la celebración de los misterios fundamentales de nuestra fe: La pasión, muerte y resurrección de Cristo.
Un abrazo, con mi oración, para cada uno de ustedes.

Fray Santiago Alcalde, OSA
Vicario de Pastoral

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Miércoles de Ceniza



Con el Miércoles de Ceniza comienza el tiempo de la Cuaresma. Este tiempo es el de la preparación para la Celebración de la Pascaua. Considerado como un tiempo fuerte, su finalidad es el de adentrarnos en nuestra vida cristiana, comunitaria y personal, para profundizar o corregir nuestras opciones.

Este Miércoles que inicia la práctica cuaresmal está caracterizado por la imposición de la ceniza. La misma es colocada en la cabeza de los participantes de la misa de ese día, aunque este gesto también puede realizarse en celebraciones fuera de la Celebración Eucarística, particularmente si se trata de enfermos o ancianos impedidos de acudir a ella.

La Ceniza sobre la cabeza es una acción penitencial tomada del Pueblo de Israel, documentada en varios pasajes del Antiguo Testamento, a la que se asociaba el uso de una indumentaria particular (ropa de penitencia: sayal o saco). La Iglesia continuó utilizándola en celebraciones penitenciales, en las que se confesaban las faltas delante de toda la comunidad. Para la readmisión a ella se debía esperar hasta la Pascua siguiente. Al caducar paulatinamente esta forma de reconciliación, se conservó el gesto para el inicio de la Cuaresma, ya sin el uso del hábito penitencial; cuarenta días antes de la celebración de la Resurrección.

El ayuno y la abstinencia, obligatorios para los mayores de edad hasta los cincuenta y nueve años, acompañan a esta costumbre eclesial, siendo la manifestación del deseo interior de convertir la vida a las exigencias liberadoras del evangelio. De manera que, sin esa disposición interior, estas prácticas pueden ser un ritualismo que hay que evitar a toda costa.

Es de particular importancia que pidamos a Dios, quien quiere que todos los hombres se salven, la gracia del arrepentimiento sincero de nuestras faltas y el deseo de aproximarnos más al estilo de vida de Jesús.

Enlaces realacionados:

http://www.iglesia.org/articulos/ceniza.php

http://es.catholic.net/celebraciones/120/301/articulo.php?id=1259