jueves, 6 de enero de 2011

Seis de Enero, Día de Reyes


Hoy celebramos la Epifanía del Señor que no es otra cosa que la manifestación de Cristo a todos los pueblos.


Para nosotros la Epifanía de Jesús adquiere un colorido muy especial y querido, pues la conocemos como el Día de Reyes.


El Evangelio que la Iglesia nos propone para el día de hoy, nos habla de estos misteriosos magos de Oriente que aparecen imprevistamente en Jerusalén, preguntando por el Rey de los Judíos, cuya estrella vieron en sus tierras y a la cual vienen siguiendo.


En estos personajes, que nuestra tradición señala como tres, están representados todos los pueblos de la tierra. Con ellos se quiere significar que Cristo no es propiedad exclusiva de ninguna cultura en particular, ni de ningún grupo social. El Hijo de Dios se ha hecho hombre, para salvar e iluminar a todos los hombres.


Por tanto, frente al Señor, no tinen validez alguna esas catalogaciones y auto-catalogaciones que hacemos. Sí, porque aveces nos ponemos un cartel que dice. "Alejado de Dios" o "alejado de la Iglesia"; o bien "cristiano comprometido" o "convertido". Como si ello nos quitara u otorgara mayores derechos sobre Dios, o nos eximiera del esfuerzo de luchar para ser mejores (total, yo soy de los alejados, de los malos, no tengo salvación, estoy condenado en vida. O, por el contrario, yo ya alcancé la sima de la virtud, soy un cristiano perfecto, no tengo que ser mejor porque no hay nadie mejor que yo, no tengo pecados, ni defectos)


El Amor de Dios es para todos y viene para arrancarnos de nuestros egoísmos (pecados) Dejémonos guiar por ese amor a pesar de nuestras debilidades, como hicieron los magos con la Estrella. Estos hombres, por lo visto, no tenían mucha noción de la Biblia. Su deseo de Dios, los llevó al encuentro con Él. O, mejor dicho, Dios les hizo nacer en su interior este deseo y los fue guiando poco a poco y de una manera misteriosa. Y no valieron para nada las argucias astutas del Rey Herodes para aprovecharse de ellos y matar al Rey de Reyes.


Un último e importantísimo detalle del Evangelio de San Mateo es que "encontraron al niño con María, su madre y postrándose le rindieron homenaje"(Mt 2, 11) Siempre que buscamos a Jesús, está la Virgen. Es clara señal de que se trata de Cristo y no de un falso mesías. Aun cuando no se la reconozca Ella, está. Recémosle para que lo encontremos.


¡¡¡Feliz día de Reyes para todos!!!