domingo, 20 de junio de 2010

CHE, PARA VOS...

¿Quién es Jesús?
La pregunta de Jesús en el evangelio de hoy no ha dejado de resonar desde que
él la pronunciara hace dos mil años: "¿quién dice la gente que soy yo?" Un modo sencillo de comprobar su actualidad es ir a las librerías y descubrir cómo casi cualquier cosa que se escriba sobre Jesús despierta interés, así se trate de colecciones de mitos y mentiras, como es el caso del "Código de Da Vinci."
La diversidad de respuestas sugiere la inmensa riqueza interior del misterio de Cristo: revolucionario y filósofo, reformador social, profeta notable, poeta extraordinario, eximio taumaturgo, líder íntegro y fascinante, amigo entrañable y fiel, espejo de todas las virtudes, modelo de oración y vida espiritual, maestro maravilloso, y muchas cosas más.
En él vemos cumplidas las promesas del Antiguo Testamento y en él hallan lugar nuestras más hondas y legítimas aspiraciones. Hacia él miran las antiguas profecías y en él tienen su paradigma los reyes. Su lenguaje, su vida y su sufrimiento lo hacen cercano a todos, de modo que los niños entienden cuando les habla aunque los más grandes pensadores no terminarán de sumergirse en la profundidad de su lenguaje. Su belleza no riñe con su vigor; su majestad no disuena frente a su humildad; su cercanía no le hace menos solemne ni su visible dignidad le aleja de nosotros. Es santo y compasivo, puro y sin embargo amigo de pecadores, lleno de ternura y a la vez poseedor de una fortaleza incomparable y un esplendor que deja impotentes a sus adversarios.
Jesús es la gran respuesta y la gran pregunta. Capaz de cuestionar nuestras seguridades y a la vez de curar nuestros miedos. Es sacerdote y víctima del sacrificio a la vez. Reina desnudo y escarnecido. Trae la salud pero ha sido herido; es fuente de vida y acepta morir a manos de criminales; es elocuente incluso cuando calla y muere proclamando su propia victoria. Su vida es un océano de amor y de luz; su misterio es fascinante, inagotable y fecundo.

(Fray Nelson Medina op, resumido por pbro. Jose Casimiro)