jueves, 21 de marzo de 2013

Semana Santa

Comenzamos la Semana Santa con la Celebración del Domingo de Ramos.

Se trata de la Semana Mayor del cristianismo en la cual recordamos el punto álgido de nuestra redención. La Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. En realidad toda la vida de Jesús, segundo a segundo, es causa y oportunidad para nuestra salvación. Dicho de otra forma, gracias a Él podemos realizarnos plenamente. Plenamente significa, alcanzar una felicidad que comienza muy imperfectamente aquí, pero que explota más allá de nuestras posibilidades y expectativas en la eternidad, junto a Dios.

La Semana Santa muestra hasta qué punto Dios estuvo y está dispuesto a jugarse por cada uno de nosotros. Es una historia que comenzó en el vientre de María, cuando ella dijo: "Eh aquí la servidora..." Es en esta Semana donde se fragua todo ese misterio, llegando al máximo y por eso mismo es donde llega también a plenitud la Maternidad de la Virgen.

A lo largo de las celebraciones, que son tan particulares en el Norte Argentino, no confundamos compasión con compromiso. Es decir, no pensemos que estas celebraciones tienen como objeto producir en nosotros un estado emocional de tristeza o lástima por lo que le hicieron a Jesús. Al contrario, descubramos en ella lo que nuestra fe nos propone: contemplar cómo nos amó hasta el extremo y qué consecuencias debiera tener en nuestra manera de vivir la consideración de ese amor.

El misterio de nuestra salvación pasa por dos amores. El divino hacia nosotros, inmerecido, inalcanzable y el nuestro. Con el primero es con el que ya contamos y es el que reluce en la Semana Santa. El otro está en nuestras manos, es nuestra respuesta ineludible y obligatoria.

martes, 19 de marzo de 2013

Ministerio Petrino de Francisco

Con la inmensa alegría de contar con el Papa Francisco como sucesor de Pedro queremos compartir algunas palabras de Mons Mariano Moreno al Diario Calchaquí, haciendo alusión al servicio episcopal que comparten todos los Obispos, acompañados y presididos por el Papa.

"Desde la visión como compañeros, de la misión del pastoreo por la fe y la iglesia católica vemos cómo Francisco fue dando su vida al servicio de esta misión “


Todos quienes por distintas circunstancias fuimos designados y nombrados, la tenemos (a esta misión) encomendada por el Santo Padre. En mi caso, fui llamado por el Papa anterior como obispo de la Prelatura de Cafayate

La Iglesia Católica está constituida por miembros de carne y hueso, de una edad y otra, de un tiempo y de otro y cada uno le toca vivir en el tiempo en que ha nacido y mientras esté viviendo.

El carisma del Papa estará impregnado por San Ignacio de Loyola, sacerdote español fundador de la Orden Jesuita. El Jesuita no puede prescindir del carisma que San Ignacio les dio. Es decir Plantear el seguimiento de Cristo desde la militancia. Ignacio actuó en un ejército al que fue llamado, y luego dejándolo todo siguió a Dios”

El Santo Padre inauguró su Ministerio Petrino el día de San José (19 de Marzo), debido a una especial devoción personal hacia él como Patrono de toda la Iglesia. Destacó en su homilía el rol de custodio del Santo Patriarca e invitó al mundo entero a imitarlo en el cuidado de Cristo. Cristo presente en el hombre, en la familia, en la creación misma y en el propio corazón.

Además habló sobre la necesidad de bondad y ternura en el trato social y recordó que las formas de poder, entre las que se encuentra el de la Iglesia misma, deben estar signada por el servicio.